ANIBAL: ENEMIGO DE ROMA
Ben Kane
Durante la Primera Guerra Púnica, las legiones romanas derrotaron a Cartago, su único rival en todo el Mediterráneo. Pero hoy Aníbal, un brillante general cartaginés, prepara la venganza. Paralelamente, dos jóvenes (Hanno, el hijo de un seguidor de Aníbal, y Quinto, hijo de un terrateniente romano) se verán inmersos en un periplo que amenaza, cuando ya se oyen tambores de guerra, con destrozar la amistad entre dos chicos criados en imperios enfrentados...
Hanno y sus hermanos conocían los detalles de cada escaramuza en tierra y batalla naval durante el conflicto anterior, que en realidad se había prolongado más de una generación. El precio que Cartago había pagado en número de vidas, territorio y riqueza había sido muy elevado, pero las heridas de la ciudad eran mucho más profundas.
Su orgullo había sido pisoteado por la derrota y aquella ignominia se había repetido justo tres años después del término de la guerra. Roma había obligado de forma unilateral a Cartago a entregar Sicilia, además de a pagar más indemnizaciones. Aquel acto ruin demostraba sin atisbo de duda, como despotricaba Malchus a menudo, que todos los romanos eran perros traicioneros, sin honra. Hanno estaba de acuerdo y ansiaba que llegara el día en que las hostilidades volvieran a reanudarse. Teniendo en cuenta la ira acumulada que sentía Cartago hacia Roma, el conflicto era inevitable y se originaría en Iberia. Pronto.
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